Santa Fe, Sábado 21 de diciembre de 2024

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21-10-2013

La Democracia Socialista Europea y la Situación en Argentina

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El golpe sufrido por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner que derivó en un problema de salud, que llevo a su intervención quirúrgica en la Fundación Favaloro, puso nuevamente en debate lamentablemente, la verdadera dimensión antidemocrática de una parte, felizmente minoritaria, de la sociedad argentina. Ver el Domingo 6 de Octubre por la noche, en horario central del prime time del canal de televisión del grupo Clarin, a un oscuro consultor del Gran Buenos Aires, pedir que la gente fuese a Plaza de Mayo para impedir el cumplimiento del artículo 88 de la Constitución Nacional, no deja de asombrar.

Las declaraciones posteriores de importantes dirigentes de la oposición política argentina, en esas horas previas a que el Vicepresidente de nuestro país, asumiese el reemplazo temporario de la Presidenta por un problema de fuerza mayor fueron increíbles.

Margarita Stolbizer, Ricardo Alfonsín o Felipe Sola, no tuvieron empacho en proponer que el Vicepresidente de la Nación, elegido con el 54 % de los votos en la última elección de 2011, no podía asumir temporalmente en reemplazo de la Presidenta, por tener “muchas denuncias en su contra”. Una extraña fragilidad de la conciencia democrática de una parte de la dirigencia argentina y de su triste sometimiento a los intereses antidemocráticos de un sector del poder económico.

Más allá de alentar una reflexión sobre las transformaciones contemporáneas de la democracia en Argentina y en el mundo, mediante una discusión profunda y sistemática, hay determinados límites que no debieran franquearse ni siquiera en lo discursivo.  El respeto irrestricto a la Constitución Nacional es el primero de ellos.

Hoy debiéramos guiar nuestra reflexión por una pregunta general que disparará diversos debates puntuales: ¿podemos decir que nos hallamos frente a una mutación de la democracia?

Mientras estas críticas atroces a la "antidemocracia del gobierno" ocupan paginas y paginas de declaraciones de dirigentes opositores al Gobierno Nacional, el silencio atronador de estos dirigentes ante la expulsión de Francia de una niña gitana y su familia por parte del “Gobierno Socialista” de Francois Hollande violando todos los Derechos Humanos y del Niño, no deja de ser pedagógico sobre sus reales opiniones del tipo de democracia que defienden.

El primer gran objetivo de estos días urgentes, posteriores a la internación de la Presidenta y su reemplazo temporario, constitucional, democrático y legal por el Vicepresidente Amado Boudou debiera estar referido a repensar el tratamiento de los problemas políticos de nuestro tiempo, analizando la validez de las categorías tradicionalmente movilizadas por el discurso dominante de los Medios de Comunicación y su estrategia de fusilamiento mediático discrecional y parcial al que increíblemente se han plegado  mansamente varios dirigentes políticos argentinos,  soñando con su minuto de fama.

Ver a Mauricio Macri hablar de “autoridad moral”, estando procesado por espiar opositores, a Hermes Binner hablar de un “país normal” después de haber designado al frente de la policía de su provincia a un comisario detenido-procesado por complicidad con el narcotráfico o al gobernador De la Sota hablar de “institucionalidad avasallada” con el narcotráfico tomando su gestión, resulta paradójico, sobre todo si se ve la complicidad mediática de encubrimiento de estas situaciones, de parte de quienes han abandonado su vieja premisa de “periodismo profesional”, para pasar a ser parte del "periodismo militante opositor".

Esta acción de esos medios de comunicación, legitima si fuese informada como tal a la población, al no ser presentada como lo que es, demuestra la cobardia de no decir lo que se cree, y el triste papel que le cabe a dirigentes politicos que corren a sus brazos, mas entusiatas de ser columnistas de esos grupos economicos, que dirigentes de la población que necesita defenderse de la concentración económica.

Los eventuales errores que pudiese tener el Gobierno Nacional, no licuan en este presente, el patetico papel de una dirigencia que ocupa bastante más de su tiempo en sentirse aprobada por el poder económico, que en seguir bregando por una patria justa, libre y soberana.