31-07-2014
En el mediodía de hoy, a los 69 años de edad, ha fallecido en San Juan, su tierra natal, nuestro maestro, Eduardo Santiago Bustelo Graffigna. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, Master en Política y Planificación Social de la London School of Economics and Political Science de Inglaterra. Funcionario de CEPAL, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), fue colaborador de James Grant en UNICEF, en tiempos de la Redacción de la Convención por los Derechos del Niño, fue luego Responsable de UNICEF en Colombia, en Peru, y en la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. Fundó y Dirigió la Oficina de UNICEF en Argentina, impulso la adhesión de nuestro país a la Convención por los Derechos del Niño. Fue Secretario de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social Y Medio Ambiente del Gobierno Nacional Argentino. Diputado Provincial de San Juan desde 2007 a la actualidad, fue fundador y actual Presidente del Foro Parlamentario por la Infancia de la República Argentina
Sin embargo su más importante logro y compromiso fue la lucha incansable en la Defensa de los Derechos de la Infancia y su compromiso infatigable con la igualdad y la justicia social. Eduardo nos decía “…el nacimiento no es una instancia de la vida; el nacimiento es un fenómeno que significa que vivir es lo nuevo. Por eso la infancia es un modo de estar en el mundo. La infancia es comenzar y comenzar otro comienzo y significa ni más ni menos que saber que el cambio está en ella y que por lo tanto, infantilizar el mundo es cambiar el mundo para mejor. Infantilizar el mundo es retornar a la experiencia del advenimiento a la vida. Es la idea de un niño como Peter Pan que no quiere ser adulto, que quiere permanecer en su niñez. Habitar la infancia es también la recuperación de la magia de imaginar nuevos mundos, de infantilizar un mundo opresor y ya escrito y cambiarlo por uno mágico y mejor. Descubriendo un nuevo mundo en donde los niños, las niñas y los adolescentes se niegan a la tristeza de los adultos. La infancia como otro comienzo, es la cuestión mayor del hombre y el momento crucial a resolver para un proyecto abierto al futuro que comience por anunciar la libertad desde el nacimiento, el principio y la iniciación de la vida. La primera señal de que la vida representa una ruptura y también la posibilidad de una discontinuidad radical con lo existente. Si esta significación de la infancia puede ser sostenida políticamente, debemos pensar en el potencial emancipador, de un mundo infantilizado, más justo, solidario y feliz…”. Querido hermano Eduardo, te vamos a extrañar por siempre