Santa Fe, Jueves 21 de noviembre de 2024
26-10-2010
Así se pronunció hoy el Diputado Marcelo Brignoni, al cuestionar las apreciaciones de Hermes Binner quien dijo que “hay algunos vestidos de progresistas que no lo son” en supuesta alusión al kirchnerismo
Brignoni señaló “…el gobernador se debe haber referido a sí mismo con esas expresiones. Cuando recuerdo las reuniones de trabajo para conformar el Frente Progresista en el que creímos y por el que trabajamos, y las comparo con la actualidad de Binner en estos años ofreciéndole un acuerdo a Reutemann antes de asumir la Gobernación, y apoyando la candidatura presidencial de Elisa Carrió, uno se siente defraudado. Cuando vemos la carencia de políticas sociales de parte del Gobierno Provincial, de alcance y compromiso similar a la Asignación Universal por Hijo y su compromiso de obsecuencia y seguidismo de la Mesa de Enlace Rural uno entiende que lo que Binner cree que es progresismo es derecha en cualquier lugar del mundo. En sus discursos la confusión y la tergiversación conceptual están a la orden del día, y confunde progresismo con antiperonismo como tantos ejemplos penosos de la historia argentina. Su ataque al gobierno nacional y a la organización de los trabajadores lo ubican en el lugar del que cuestiona las demandas de los pobres debido al temor de enfrentarse a los poderosos, y del que piensa que el tono de la voz y los modos educados son conceptos ideológicos, cuando en la mayoría de la historia de nuestro país, no han sido más que oportunismo y genuflexión. En un gobierno provincial carente de ejes centrales al servicio de los más débiles y que sustancien discusiones originales y novedosas para cargar de justicia social al relato de la actualidad provincial, Binner procede a insistir compulsivamente en la restauración de la vetusta visión, basada no ya en las contradicciones entre pobres y ricos sino entre gritones y silenciosos, entre crispados y tranquilos, entre sobrios y ampulosos. El gobernador trata ahora de plantear un progresismo extraño, que no cuestiona la modalidad global financiera hegemónica de acumulación, y que apoya el penoso ejemplo de la genuflexión del socialismo europeo, que recorta conquistas sociales de los trabajadores, y nos quiere hacer creer que el único “bien colectivo global” del progresismo, es la reivindicación de los buenos modales. Pobres de nosotros, los que alguna vez creímos en su compromiso transformador…”