Santa Fe, Jueves 21 de noviembre de 2024
01-08-2015
Homenaje a Eduardo Bustelo, a un año de su Ausencia
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Se realizó ayer, en San Juan, su provincia natal, donde además se inauguró una Plaza que lleva su nombre, en la ciudad de Rawson. Marcelo Brignoni estuvo presente, representando al Foro Parlamentario por la Infancia y a la Fundación Encuentro, organizaciones fundadas y presididas en su momento por Eduardo Bustelo
Un año sin Eduardo
¡¡¡ No seas huevón!!! A pesar de ser un ciudadano del mundo, de ser conocido y reconocido en muchísimos países, Eduardo siempre quiso ser un sanjuanino más.
Un tipo increíblemente capaz, que nunca se la creyó, y que con enorme generosidad enseñó, nos enseñó. Nos enseñó conceptos, historias y sobre todo valores.
Observador perspicaz, veía lo que otros no veían. Fue el primero que nos dijo ante mi consulta hace muchos años. “el Banco Mundial no está para ayudar a los pobres, es mentira. Los Bancos no ayudan a los pobres”
Creía que las injusticias de este mundo eran demasiadas, para ser arregladas por algunos. Creía que un mundo mejor dependía de la infancia, de recrear la infancia como sujeto social transformador. Eduardo amaba a los niños, los amaba de verdad, en su importancia social, en su singularidad, en su libertad, en la necesidad de privilegiarlos. Despreciaba lo que él llamaba “los niñologos”. Adultos ventajeros que en nombre de la defensa de los derechos de la infancia, buscaban prebendas personales para ellos y viajes en primera.
Eduardo nos enseñó aquello de la UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA. Infancia que para él no era lo mismo que niñez. La INFANCIA, con mayúsculas, era para él una categoría social transformadora que no podía ser privatizada en el niño individual. Nos enseñó también que la UNIVERSALIDAD no podía ser relativizada. Ni siquiera por un multiculturalismo que intentaba explicar que legados culturales ancestrales, podían “reinterpretar” la vigencia de los derechos de la INFANCIA.
Peronista de Ley, nunca creyó en Menem y siempre acompañó a Néstor. Lucho por la Convención de los Derechos del Niño, pero siempre contaba una anécdota de cuando trajinaba despachos oficiales, como representante de UNICEF en Argentina, buscando que nuestro país adhiriera a la Convención, cosa que el logró.
En esas recorridas, se cruzó con un viejo dirigente peronista que ocupaba entonces un lugar importante en la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, quien le dijo “Bustelo, esto de los derechos de la Infancia ya lo hizo Evita hace 40 años”. Siempre nos decía “ese viejo tenía razón”.
Lucho por humanizar el capitalismo y llegó a la conclusión que solo se podía combatir su crueldad y controlar sus excesos. Nunca compartió aquello de la Responsabilidad Social Empresaria. El decía que eso era una hipocresía para desgravar impuestos y recordaba a empresarios que si estuvieron de verdad comprometidos socialmente, no solo fuera sino dentro de sus empresas.
Siempre recordaba a un empresario, de nombre Charles Booth, ingles de Liverpool y fundador junto con su hermano Alfred de la compañía naviera The Booth Steamship Company. Eduardo nos enseñaba que Booth, financió el primer estudio sobre la Pobreza, el que concluyó en un libro de 17 volúmenes publicado en 1902 llamado “La Vida y el Trabajo de la Gente de la Ciudad de Londres”, el que dio origen al concepto tomado de la navegación de “Línea de Pobreza”.
Eduardo decía, que los empresarios tenían que tener ese compromiso y se enorgullecía recordando a su Padre, cuando nos contaba que Booth en tiempos en que casi no existía ninguna legislación laboral, estableció un plan de pensiones para los empleados de su firma, un plan para compartir las ganancias de la compañía y bonos anuales que se les daban a los trabajadores, especialmente en los períodos de recesión para incentivar la productividad.
Eduardo nos decía, “ese Booth se adelantó por varios años, en la idea de que la ética empresarial, es una responsabilidad social y pública, y no un recurso de marketing”.
Incentivó con su lucidez, su generosidad y su voluntad múltiples organizaciones y proyectos, como la Maestría en Política Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, la Maestría en Política y Planificación Social de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza y la Cátedra Internacional de Infancia James Grant de la Universidad Nacional de Rosario.
Fundó y presidió, el Foro Parlamentario por la Infancia y la Fundación Encuentro por la Ciudadanía Social.
El V Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia lo encontró en su San Juan en 2012. Con un gran apoyo del Gobernador Gioja, y del Secretario de Infancia de la Nación, Gabriel Lerner, tal vez haya sido el mayor reconocimiento masivo internacional presencial para Eduardo. Aun recuerdo los aplausos de pie en un estadio lleno, de los participantes de todo el mundo, cuando terminó su Conferencia sobre la Infancia en América Latina.
Fue impulsor destacado de la Ley Nacional 26061 de Defensa y Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, de la Asignación Universal por Hijo y del Proyecto de Ley que permite, que los jóvenes de 16 años puedan votar, si así lo quieren.
Y sobre todo fue un tipo genial, solidario y amigo. Mi hijo aun recuerda su primera infancia, cuando entonces Eduardo lo hacía reír, simulando sacar un hilo de entre sus dientes, hilo imaginario que parecía mover sus labios en forma ondulante.
Eduardo, hermano querido, por donde andes ahora, después de un año sin verte, es bueno que sepas que se te quiere mucho por acá abajo, y que se te extraña más aún.